Cálculo de las fechas del recorrido de Aníbal que hace Sir GAVIN de BEER (ex director del Museo británico de Historia Natural y ex presidente de la Sociedad linneana de Londres) en su libro ANIBAL La Lucha por el Poder en el Mediterráneo, de 1969.
Ceterum censeo Carthaginem delendam esse (Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus)
Ciertamente considero que Cartago debe ser destruida (Publio Cornelio Escipión Emiliano el africano)
… y ciertamente lo fue …
pero aún sigue habiendo ocaso invernal de Las Pléyades
y por eso podemos datar hoy aquellos hechos.
Las Pléyades. Cúmulo estelar abierto de la constelación de Tauro. Objeto Messier 45.
[ …Las fechas del recorrido de Aníbal pueden calcularse como sigue:
Cuando alcanzó la vertiente situada más allá de las cumbres de la cadena principal de los Alpes, lo que sucedió aproximadamente una semana después de su cruce del Durance, tanto Polibio como Tito Livio declaran que el ocaso de las Pléyades se aproximaba. Esa es la época del año en que las Pléyades pueden verse poniéndose por el Oeste, justamente cuando el sol sale por el este, y la fecha puede determinarse astronómicamente. Pero concediendo treinta y cinco segundos de arco a la refracción de la atmósfera terrestre, adoptando las aceptadas coordenadas (declinación y ascensión recta) para la posición de las Pléyades en el cielo, y teniendo en cuenta lo que se denomina <<crepúsculo náutico>>, porque cuando el sol se eleva por encima del horizonte el brillo de su luz hace imposible, en realidad, ver ponerse a las Pléyades, lo cual es factible cuando el sol se hallaba aún 12º por debajo del horizonte; por todo ello sir Terence Morrison-Scott llegó en 1954 a la conclusión de que la fecha era el 8 de diciembre, para una latitud de 45º Norte, lo cual es suficientemente exacto para toda la cadena de los Alpes entre Galia e Italia. Todo lo que entonces se precisa es hacer una corrección por la precesión de los equinoccios entre 218 a. C. y 1954 d. C., o sea en un lapso de dos mil ciento setenta y dos años. Esta corrección asciende a 30,6 días. Contando por consiguiente treinta días y medio antes del 8 de diciembre, nos da el 7 de noviembre como el día en que las Pléyades pudieron verse poner cuando el sol salía en el año 218 a. C., en el llamado ocaso heliacal. La fecha era importante para los antiguos, debido a que era entonces cuando se consideraba que comenzaba el invierno, y de ahí se calculaban las fechas para iniciar numerosas faenas agrícolas.
Esa fecha de 7 de noviembre está de acuerdo con las calculadas en la obra de Euctemón (siglo V a. C.) que también da el 7 de noviembre, en la de Calipo (siglo IV a. C.), que da el 8 de noviembre, la de Eudoxio (siglo IV a. C.), dando el 11 de noviembre, la de Pierre Gassend en su estudio del Calendario Romano. con el 11 de noviembre, y en la aplicación de la definición de Claudio Tolomeo sobre los aspectos de las estrellas con relación al sol, de lo que J. L. Strachan-Davidson dedujo la fecha de 9 de noviembre. Estas fechas están calculadas de acuerdo con el calendario gregoriano, y variaban en una o dos fechas respecto a las del calendario juliano, cuando fue instituido en el año 45 a. C., debido a que la discrepancia entre éste y el año solar era bastante reducida en el año 218 a. C. …]
Son fantásticas estas entradas que mezclan astronomía con literatura o historia.
Gracias
Creo, según vuestros cálculos, que lo que dicen en ELEMENTOS ASTRONÓMICOS EN EL MUNDO RELIGIOSO Y FUNERARIO IBÉRICO tiene que ser un error: » Hay que hacer notar que la posición de los equinoccios no ha variado desdela época ibérica hasta la actual, por lo que el fenómeno sigue siendo visible de forma prácticamente idéntica. «
Creo, según vuestros cálculos, que lo que dicen en ELEMENTOS ASTRONÓMICOS EN EL MUNDO RELIGIOSO Y FUNERARIO IBÉRICO tiene que ser un error: » Hay que hacer notar que la posición de los equinoccios no ha variado desde la época ibérica hasta la actual, por lo que el fenómeno sigue siendo visible de forma prácticamente idéntica. «
Los equinoccios tienen un período de variación que dura alrededor de 25.000 años, luego en el tiempo transcurrido desde hace 2.000 ó 3.000 años han sufrido una variación de alrededor de un 10%, y es evidente que la estrella polar no señalaba el norte geográfico, como lo señala aproximadamente hoy en día. Por otra parte la duración del año trópico, paso por dos nodos, difiere del año calendárico. Las sucesivas reformas del calendario, la de Julio César o la del papa Gregorio en el siglo XVI han intentado aproximar uno y otro. La determinación de las fechas en períodos remotos requiere cálculos astronómicos de efemérides de referencia, tales como eclipses, para ser determinadas.
Un saludo y gracias por el comentario.
Eso es muy largo